jueves, 24 de diciembre de 2009
martes, 22 de diciembre de 2009
martes, 15 de diciembre de 2009
Escena 7. Límite geográfico de Porteña. Exterior. Noche.
Una baranda en el límite geográfico de Porteña. Se puede ver al fondo un mar rojizo y arriba la luna llena artificial.
Escena 8. Calles de Porteña. Exterior. Noche
Escena 9. Hotel Tango. Interior
Los habitantes de Porteña tienen domicilios temporales. Se utiliza muchos los hoteles. Los mismos son de uso libre y en las grandes habitaciones duermen muchos grupos afectivos, que son pequeñas “tribus” de por lo menos tres integrantes y un máximo de 8 personas aproximadamente.
A través de las cortinas traslúcidas que dividen la gran habitación del hotel se puede ver la pequeña y hermosa figura de Rut contra dos cuerpos, un hombre y una mujer. Ella toma la iniciativa decididamente y se escucha su risa.
Ceo sentado en un gran sillón del living contempla la imagen que trasluce la cortina, con indiferencia. Él es silencioso y concentrado, sus ojos tienen un brillo intenso y suave a la vez.
Marn se acerca a Ceo y se recuesta sobre su pecho y suspira.
Junto al gran ventanal, donde se puede ver la luna artificial, hay un grupo afectivo de 7 personas, 4 mujeres y tres hombres. Todos parecen indiferentes, pero mantienen una cercanía física. Algunos tienen la mirada ausente, otros ensayan algún paso de Narcotango.
MARN
(Por Rut)Ella se divierte mucho con eso…
Ceo se mantiene en silencio.
MARN
Rut debe ser una de las pocas de la ciudad que
todavía tiene tanto interés en el sexo… ¡Aparte de Lu¡ (Sonríe)
Ceo la observa silencioso y acaricia su cabello. Marn llora.
Entra Rut algo agitada y muy contenta se tira sobre el cuerpo de Ceo, como es pequeña puede apoyar todo su cuerpo sobre él. Su rostro queda cerca del de Marn y se puede ver la diferencia de estados de ánimo.
Rut le da un beso a Marn muy afectuoso y una mirada compasiva. Cerca de Marn se acuesta Lu el gran bailarín y la abraza por la espalda.
Rut se pone contenta de verlo.
RUT
¡Hola Lu¡
Se estiran ambos hasta besarse suavemente en la boca. Luego Lu besa de la misma forma a Ceo y por fin a Marn. Ceo y Rut se miran con mucho afecto y sonríen.
Marn se acomoda ahora junto a Lu y este se acuesta sobre ella suavemente. Se escuchan la respiración agitada de ambos.
Rut mira divertida y se duerme en los brazos de Ceo. Las luces bajan sutilmente.
Se ve la imagen de Rut durmiendo sobre los brazos de Ceo, quien mira la luna llena que asoma en la ventana. Junto a ellos Lu cae exhausto, en los brazos de Marn. En el fondo un grupo intenta perfeccionar pasos de Narcotango.
Lu percibe la tristeza de Marn. Trata de consolarla. Mientras Rut y Lu duermen tranquilamente.
LU
Marn… ¿Por qué siempre estás tan triste?
Marn no contesta. Lu la abraza.
Escena 10. Calle de Porteña. Exterior. Noche.
Se puede ver solitaria y melancólica imagen de porteña y sobre ella la luna llena artificial. Un gran gato negro esta sentado en medio de la calle, se relame, maúlla.
Un convertible Buikc 1958 blanco se aproxima a toda velocidad. El gato corre a resguardarse. Pasa el convertible y se puede ver un grupo de jóvenes muy fríos e inexpresivos. Se puede ver un primer plano de sus hermosas caras. Son dos hombres y tres mujeres. La velocidad alborota sus cabellos. Algunos de ellos tienen lágrimas en sus ojos.
CONTINUARÁ
GUION: Claudio Gatell
viernes, 4 de diciembre de 2009
MAIPU 444 - VERSOS DEL MILONGUERO FUGITIVO
Maipu 444 esquina corrientes
donde se baila tango
para recordar que fuimos el fuego.
Estaba yo con una Italiana
imposible y hermosa
bailando un "meta y ponga"
de D’Arienzo,
cuando entró una chinita de Shangai
a la milonga.
Su vestido hecho de violetas y de sueños
traía perfumes marinos.
Su cabello era como una noche en un sombrero.
Todas las estrellas señalaban a sus ojos
y me miraron
A mi, me brilló el universo en la solapa
y mis ojos se hundieron en el sueño.
Era el doble corazón
o el tambor de la milonga,
cuando bailamos
o mas bien volamos
o estuvimos quietos.
En ese abrazo recién nacido
y sin historia
sentí sus lágrimas antiguas
en su sonrisa.
En chino básico
le hice un buen chamuyo:
“Todos lloramos, por eso reímos y bailamos.
Nadie está donde quiere estar y el mar nos arrastró
a este puerto que es una estrella o todo un ángel
que ilumina.”
Así fue que no la besé
y todavía nos estamos separando.
Esa chinita de Shangai
traía crepúsculos que recuerdo
y un vestido como la noche y el sueño.
C G
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