I
¿y por qué este hombre
se extiende panza arriba
contra el cielo
como atornillado
al techo de su casa
mientras le crecen estrellas
en sus ojos?
¿está llorando?
¿duerme manso
o está en silencio simplemente?
¿podríamos decir
que está en su cuerpo
como un barco
en la tormenta quieta?
¿tal vez un recuerdo
lo ancla así
a su techo?
¿podría tener tanto peso
un instante
para tal aplastamiento?
él esta ahí
mientras lo recorren lunas
besadas por su ombligo azul
que es como el ojo del centauro
¿quien lastimó de tal manera
a este hombre
que pasa las noches
boca arriba y en silencio?
II
- Los ángeles no existen -
Dijo el perro mientras regresaba de los sueños. SILENCIO. Lamió dos veces al “hombre que se
extiende panza arriba acostado en la terraza” y habló nuevamente:
-Tengo sed-
Entonces de una canilla brotaron manos azules y se escurrieron por el patio. SILENCIO.
-La
casa esta llorando -
Dijo el perro; que lamió tres veces al hombre y, de la punta de su cola
le dio un sueño que había robado en su viaje.
SILENCIO.
El hombre despertó sin saber y miró unos instantes al perro que
tenía ojos de río oscuro.
-Adentro mío hay carne,
cartílagos y huesos;
Mas adentro estoy hueco y vacío;
lo puedo sentir...
Pero del alma... Ni noticias -
Mas adentro estoy hueco y vacío;
lo puedo sentir...
Pero del alma... Ni noticias -
Dijo el perro, mientras bostezaba.
-¿Buscaste
en los sueños?
Pregunto el hombre.
Y el perro sonrío.
SILENCIO.
El perro dejo de sonreír y se puso muy serio mientras
cerraba sus parpados y buscaba dentro de él, algunas imágenes que había
guardado en la mirada.
Comenzaba a llover y el hombre se achicó o mas bien se desinfló. Se le fueron el olvido y el recuerdo. Parecía que se derretía mojado por el sueño
que le había dado él perro.
-Pobrecito... Solito, bajo esta lluvía-
Dijo el perro con dulzura y el hombre se hizo chiquito. Nueve años, seis, cuatro, tres... Hasta ser
un bebé recién nacido.
SILENCIO.
- Ahora
hay que buscar una loba -
Dijo el perro con cierta preocupación.
Entonces llegó Irene.
III
a Irene le gustaba dormir
desnuda
en las negras arenas de su cuerpo
recuerda siempre que un delfín
se le metió en el pecho
sin embargo
no teme al océano
que crepita contra el mundo
a Irene la operaron para sacarle
el delfín y se equivocaron
le sacaron el corazón
que estaba abrazado al mar
con desesperación
por eso es oscura
en medio de su luz
tan hermosa
cuando duerme
o goza
o bosteza o se baña
dormida siempre
despierta
entonces Irene llega
saluda al perro
y le da el pecho
al hombre
IV
las palabras colgaban de la lluvia
inútilmente se estrellaban en la terraza
agonizaban
y todas juntas parecían un murmullo
así las palabras mojaron
la sonrisa del perro
la panza del hombre acostado
y las madrísimas
tetas de Irene
que por un momento
cerró los ojos con ternura
cuando le pareció
que algo nacía
dentro de su pecho
un instante
y el vacío
SILENCIO
el sonido de la lluvia
Irene miró al perro
al hombre que moría como un niño
luego se fue a escuchar el mar
a esperar que su corazón
retornara en una barca
V
el ciego miraba atentamente
con su oreja izquierda
los escuchaba y le parecían plumas
que regresaban a los pájaros
como el sonido del amor
que regresa a la muerte y al
milagro
en su oreja izquierda
se juntaban:
lluvias
palabras
el perro
el hombre
y la loba
que aullaba mucho
mientras los vecinos dormían
buscando algún olvido
FIN
C.G.
C.G.
una delicia, una dulzura, lleno de amor, Gracias por ser mi amigo !!!!
ResponderEliminarMuchas gracias¡¡¡ Me gustaría saber quien sos amiga.
ResponderEliminarla señorona !
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